¡Hola mundo!

Hace un tiempo me volví más consciente de cada cosa que hacía en mi vida, cuál era mi objetivo en el mundo, el por qué de mi existencia y esas vainas que en algún momento todos nos preguntamos, no sólo a los 30, esa «crisis» a los millennials nos llega en cada cumpleaños.

Dicen que nunca estamos satisfechos, o qué nos aburrimos con facilidad, que somos altamente vulnerables y que creemos saberlo todo ¡pero no! estamos en busca de entenderlo todo, o al menos queremos encontrar nuestro camino, el correcto, así nos perdamos cientos de veces transitando por él.

Amaríamos conocer qué nos depara el futuro y por ello leemos el horóscopo, creemos en las energías y en el cosmos, en el destino.

Ojalá viviera, ojalá tuviera, ojalá hiciera, ojalá …

Si nunca ha tenido estos pensamientos, me está mintiendo, porque estoy segura que todos los hemos tenido.

Ojalá, es la palabra de los sueños, de los ideales, de las posibilidades, de las oportunidades, del querer volar.

Ojalá, es la palabra de las excusas, de los miedos, de todo aquello que aún no nos atrevemos a vivir.

Bienvenidos a mis Ojalá, que podrían ser los nuestros.